Los beneficios de las siestas cortas

La calidad de sueño es importante para un buen funcionamiento de nuestro cerebro.

Una investigación llevada a cabo por el University College de Londres (UCL) ha demostrado que quienes duermen siesta tienen un cerebro 15 centímetros cúbicos más grande. Esto supone el retraso del envejecimiento entre tres y seis años.

La clave reside en que las siestas tienen que durar menos de media hora. Sin embargo, la cultura laboral de la sociedad moderna no permite a las personas dormir durante el día.

Desde el nacimiento, los bebés siempre duermen la siesta, lo que potencia su desarrollo. No obstante, esta práctica se vuelve menos habitual a medida que el individuo va envejeciendo. Sin embargo, dormir la siesta se vuelve algo más habitual en la edad de la jubilación. Se estima que un 27% de las personas mayores de 65 años duermen la siesta.

¿Dormir previene el Alzheimer?

Como hemos comentado antes, dormir la siesta retrasa que se encoja el cerebro como ocurre de forma natural según se van cumpliendo años. Ahora bien, no está del todo claro que esto ayude a prevenir enfermedades como la demencia o el Alzheimer.

La salud general del cerebro es importante para mantenerlo fuerte y protegerlo contra enfermedades neurodegenerativas. Los investigadores insisten en que dormir mal es algo muy perjudicial para la salud porque daña el cerebro a largo plazo afectando a las conexiones entre las células cerebrales.

Redacción.