El artista de Halifax (Reino Unido) no puede dormir después de un concierto sin tomar un poco de vino. La estrella del pop de 31 años siempre pensó que tomar una copa después de un espectáculo era una «excusa» utilizada por los alcohólicos, pero ahora siente que «tiene que tomar» al menos media botella de vino para relajarse después de tocar para la multitud.
«Siempre que termino un concierto, tengo que tomar como media botella o una botella de vino para lograr relajarme. También un bistec o un poco de pollo después«.
El creador de éxitos como Shivers se encuentra actualmente en su gira mundial +–=÷x y se embarcó en un régimen de entrenamiento estilo maratón para prepararse de cara al tour, a pesar de que «nunca antes» había hecho ejercicio, según reconoció a That Peter Crouch Podcast.
Redacción
Fotografía · The Sun