¡¡¡Deja de morderte las uñas!!!

Acabar con la onicofagia, el término que hace referencia al hábito de morderse las uñas, es posible. Llevando a cabo una serie de cuidados cotidianos podemos combatir esta costumbre, muchas veces inconsciente, que -dejando de lado lo estético- puede acarrear daños muy graves tanto a nivel emocional como a nivel físico. Este feo hábito llega al punto de considerarse adicción y con el tiempo puede provocarnos múltiples lesiones como problemas dentales, deformación en los dedos y cutículas, infecciones, formación de verrugas, etc.

Además de pedir toda la ayuda profesional que sea necesaria, desde aquí te proponemos una serie de recomendaciones básicas para tratar de poner fin a este hábito:

FORTALECE TUS UÑAS

Después de años y años mordiendo nuestras uñas, lo normal es que estén debilitadas y necesiten un chute de cuidados extra con algún producto reparador como el nuevo tratamiento con silicio orgánico de Vitry. Este producto fortalece y repara las uñas blandas y quebradizas además de protegerlas de los agentes externos (en este caso, nuestros propios dientes). Tras su uso, en apenas un par de semanas, podemos comprobar los resultados. Además, deja un ligero brillo recordándonos que no debemos comernos las uñas y dando una sensación de uñas saludables que nunca han tenido aquellos que se las muerden.

Y si debemos cuidarnos las uñas por fuera, no es menos importante hacerlo también por dentro con la ayuda de algún complemento vitamínico. En tu farmacia o parafarmacia de confianza te pueden asesorar ofreciéndote alguna de las múltiples opciones que están disponibles, pero una muy interesante es la que nos recomiendan los profesionales de Llongueras y Franck Provost: el combinado de Biotina, Ácido Fólico y Vitamina C de Chic&Love a través de unas cómodas (y deliciosas, todo hay que decirlo) gominolas.

LAS UÑAS, SIEMPRE CORTAS

Aunque hayamos dejado de usar nuestros dientes como cortaúñas, no podemos dejárnoslas largas de una semana para otra porque al verlas así de “apetitosas” puede hacernos caer en un efecto “rebote” y volver a morderlas. El consejo es no dejarlas crecer demasiado y llevarlas cortas, pero cuidadas. Lo primero es elegir un cortaúñas que nos sea cómodo y manejable, máxime teniendo en cuenta que nunca nos hemos cortado las uñas o llevamos eones sin hacerlo. Eso sí, lo más recomendable es utilizar una lima de uñas con las que ir dándole forma e ir limando esas irregularidades que van apareciendo.

El nuevo mundo de limas y cortaúñas que se nos presenta es un universo nuevo por descubrir donde contar con las herramientas adecuadas y de buena calidad es sinónimo de una buena manicura. En el caso concreto de las limas de uñas, la de cerámica de Vitry nos permite limar en ambas direcciones sin miedo a que se astillen las uñas y gracias a su finísimo grano, crea menos vibración, lo que la hace perfecta para uñas sensibles como las mordidas durante años y para novatos en estas lides. Además, por su tamaño y envase, es perfecta para llevarla siempre con nosotros y utilizarla a la mínima tentación de llevarlos las uñas a la boca.

LA HIDRATACIÓN, NUESTRA ALIADA

Cuando hablamos de hidratación, no solo nos referimos al mantra de beber 2 litros de agua cada día (que también), si no a tener el resto de la mano perfectamente cuidada. Las asperezas y la deshidratación de la piel que rodea las uñas hace que nosotros mismos nos provoquemos los dolorosos “padrastros”, uno de los efectos secundarios más comunes en aquellos que se muerden las uñas.

En primer lugar, deberemos prestar especial atención a las cutículas: la fina piel que rodea las uñas. El uso de un aceite especial, como el de Vitry con pepita de uva y vitamina E, nos ayuda a hidratar toda la zona, nutrir tanto las uñas como las cutículas y prevenir las estrías que pueden aparecer cuando nos crezca la nueva uña sana y fuerte. Además, su uso y el masaje que nos demos en la zona para su perfecta aplicación puede calmar el “mono” que nos surja tras dejar de comernos las uñas.

Y tras tener uñas y cutículas hidratadas, es momento también de usar regularmente crema de manos. Lo más interesante sería utilizar algún producto híbrido que sirva tanto para manos como para uñas como la formulación que nos ofrece Saluvital con aceite de rosa mosqueta y manteca de karité cuya acción hidratante, protectora, regeneradora y antioxidante, consigue mantener las manos sanas y nutridas. También manteca de karité contiene la crema de manos de Dermo-Suavina que, en este caso combinada con distintos tipos de aceites (argán, coco, monoï, macadamia, oliva…) y el extracto de equinácea con su efecto cicatrizante, en su formato “de bolsillo” se hace ideal para llevar a cualquier parte y aprovechar cualquier momento del día para emprender esta carrera de largo recorrido que supone dejar de morderse las uñas.

CONTROLA EL ESTRÉS

Como combatir cada adicción, su lucha nos genera unos considerables picos de estrés que debemos identificar y controlar. Lo principal es saber cuándo y porque ocurre para tratar de prevenirlos reduciendo los niveles de cortisol. Una buena forma de canalizar el estrés es la práctica de deporte que también servirá para evadir la mente y olvidarnos de nuestro “problema”.

Adicionalmente, podemos buscar ayuda en la naturaleza a través -por ejemplo- de infusiones “relax” o con suplementos como las Anti-Stress Gummies de Chic&Love que contienen ashwagandha, una planta que ayuda a nuestro organismo a gestionar situaciones de estrés y de cambio, ya sea a nivel externo o interno. Desde los salones de belleza de Frank Provost y de Llongueras nos destacan que estas gominolas también contienen extracto de melisa con grandes beneficios calmantes y relajantes que ayudan a equilibrar el buen funcionamiento del sistema nervioso.

Importante es también tener las manos ocupadas para evitar llevárnoslas a la boca o arañarnos las cutículas generándonos los padrastros de los que hablábamos antes. Los spinner que se hicieron famosos hace años o distintos tipos de juguetes y pelotas antiestrés que encontramos en cualquier bazar de barrio nos puedes ser útiles en este objetivo.

¡DALE COLOR A TUS UÑAS!

Verse las uñas cuidadas y bonitas activan todas nuestras neuronas y crean las endorfinas necesarias para lograr nuestro objetivo final. Experiencias nuevas como las de acudir a unos manicuristas profesionales; o mejor aún, darle color a nuestras uñas por nuestra cuenta suponen un aliciente psicológico más para lograr el objetivo final.

Y si, por cualquier causa, no lo logramos a la primera, tirar la toalla no es una opción: siempre tendremos como aliados a los profesionales de la salud plenamente dispuestos a ayudarnos a vencer a la onicofagia.

Ismael Arranz