El secreto de hormigón romano

Los antiguos romanos eran maestros de la ingeniería y construyeron vastas redes de carreteras, acueductos, puertos y edificios cuyos restos han sobrevivido durante dos milenios. Muchas de estas estructuras se construyeron con hormigón y el secreto de que este sea duradero está en la cal viva.

Durante muchos años, supusieron que la clave de la durabilidad del hormigón antiguo se basaba en el material puzolánico, una ceniza volcánica del área de Pozzuoli, en la bahía de Nápoles. Este tipo de ceniza incluso se envió por todo el vasto imperio romano para ser utilizado en la construcción y los arquitectos e historiadores de la época lo describieron como un ingrediente clave para el hormigón. No obstante, estas muestras antiguas también contienen pequeñas y distintivas características de minerales blancos brillantes a escala milimétrica, que se han reconocido durante mucho tiempo como un componente omnipresente de los hormigones romanos.

Tras una mayor caracterización de estos clastos de cal, utilizando imágenes multiescala de alta resolución y técnicas de mapeo químico, los investigadores obtuvieron nuevos conocimientos sobre la funcionalidad potencial de estas muestras. Al estudiar muestras de hormigón romano,determinaron que las inclusiones blancas estaban hechas de varias formas de carbonato de calcio. Y el examen espectroscópico proporcionó pistas de que estos se habían formado a temperaturas extremas, como era de esperar de la reacción exotérmica producida por el uso de cal viva en lugar de la cal apagada en la mezcla. La mezcla en caliente fue en realidad la clave de la naturaleza súper duradera del hormigón.

Redacción (Agencias).