El tacto y la visión están vinculados antes del nacimiento.
Los estímulos táctiles activan simultáneamente las vías neurales del tacto y de la visión en etapas embrionarias, y ambas vías se reorganizan poco después del nacimiento para permitir el procesamiento separado de ambos sentidos.
Las ondas de actividad emitidas por la retina alrededor del nacimiento impulsan la separación del tacto y la vista. Esta separación ocurre en una estructura cerebral llamada colículo superior, que actúa como distribuidor de circuitos o vías neuronales. Cualquier retraso en el desarrollo de esta separación provoca una incorrecta organización de los circuitos visuales que se mantiene en la vida adulta.
Nuevos estudios en ratones
Un nuevo estudio del laboratorio de Guillermina López-Bendito demuestra en ratones que los circuitos del tacto y la vista no son independientes en el embrión, sino que están entremezclados. Es al nacer cuando estos circuitos se separan y las respuestas a los estímulos sensoriales se independizan.
En un estudio anterior, el laboratorio de López-Bendito demostró que los estímulos táctiles activan circuitos cerebrales diseñados para procesar este tipo de información antes del nacimiento.
Los investigadores han demostrado por primera vez ‘in vivo’ en ratones que un estímulo táctil no solo desencadena la respuesta esperada durante el desarrollo embrionario en la corteza somatosensorial primaria (una de las áreas del cerebro que se ocupa del sentido del tacto), sino que sorprendentemente también da lugar a una respuesta en la corteza visual primaria de ambos hemisferios.
Redacción.