La falta de sueño da hambre y además, de comida poco sana como los aperitivos salados o los dulces. Así lo indica un estudio publicado por la revista «Sleep«.
Los efectos que provoca el no dormir en el apetito son más poderosos a última hora de la tarde y primera de la noche, momentos en los que picar entre horas se ha vinculado con el aumento de peso. Y es que parece que la falta de sueño estimula una señal que puede aumentar el placer y la satisfacción a través de la comida.
Los expertos consideran que cada hora extra de vigilia supone el uso de unas 17 calorías extra. De esta forma, por cada 4 horas de sueño perdido harían falta unas 70 calorías más.
Redacción (Agencias)