Un maniquí se ha hecho famoso en China porque es capaz de bailar al son de la música. Se trata de un arduo trabajo que ha costado 8 años de su vida a un jubilado.
El hombre de 63 años ha conseguido crear un maniquí robótico articulado que puede controlarse con un mando de consola. Para ello, Li Zuchen ha tenido que estudiar electrónica e ingeniería y poner de su bolsillo 20.000 euros.
A pesar de lo que le ha costado llegar a la meta, el hombre ha hecho realidad su sueño, que no era otro que el de dotar de vida y movimiento a los maniquíes de las tiendas. Ahora se plantea patentar su creación y comenzar a elaborar otro nuevo robot.
Redacción (Agencias)