La manzana es mucho más que una fruta popular. Su contenido en vitamina C la convierte en una gran aliada del sistema inmunológico. Una pieza mediana aporta hasta el 8% del valor diario recomendado, y algunas variedades como la reineta alcanzan incluso 11 miligramos.
También contiene vitamina A, importante para la vista; vitamina K, esencial para la coagulación; y pequeñas dosis de vitaminas del grupo B, necesarias para el metabolismo energético y el sistema nervioso.
Además, destaca por su fibra y antioxidantes, que ayudan a mejorar el colesterol, regular la glucosa en sangre y proteger frente a enfermedades cardiovasculares o incluso ciertos tipos de cáncer.
Las variedades verde y roja presentan diferencias: la manzana verde tiene menos azúcares y más vitamina C, mientras que la roja ofrece más fibra y flavonoides antioxidantes.
Ambas aportan agua, potasio, calcio y magnesio, y su bajo contenido calórico y graso las convierte en un alimento ideal para una dieta equilibrada.