El arte prehistórico sigue revelando secretos

La famosa cueva de Altamira, en Santillana del Mar, sigue sorprendiendo a los investigadores con nuevos hallazgos arqueológicos que amplían el conocimiento sobre el arte rupestre paleolítico. Un reciente descubrimiento de 33 figuras y grabados ha revelado representaciones de animales, como ciervos y un posible caballo, que datan de entre 36.000 y 16.000 años atrás. Estos descubrimientos, fruto del proyecto de investigación ‘El primer arte de la Humanidad, la cueva de Altamira’, destacan por su precisión y riqueza y refuerzan la idea de que la cueva alberga mucho más arte del que se conocía hasta ahora.

En una entrevista con EFE, Pilar Fatás, directora del yacimiento, subraya la relevancia de estos hallazgos, describiéndolos como una «puerta abierta» hacia una comprensión más profunda de los seres humanos primitivos que habitaron la cueva. Las figuras, principalmente grabadas en color rojo y carbón negro, se encuentran en una pared de 28 metros en el sector 5, una de las áreas menos exploradas debido a las restricciones de conservación.

Entre las figuras descubiertas, algunas ya eran conocidas desde principios del siglo XX, pero lo novedoso es que ahora se han podido datarlas cronológicamente con más precisión, lo que permite situarlas junto a las famosas pinturas de los bisontes en el techo de la sala de los polícromos. Este análisis proporciona una visión más amplia de la evolución del arte rupestre en Altamira a lo largo de milenios, desde las representaciones más antiguas, que datan de hace 36.000 años, hasta las más recientes, que podrían haberse realizado hace solo 16.000 años.

Fatás destaca que el valor de estos nuevos descubrimientos radica en su contribución al inventario de arte rupestre de la cueva, especialmente en las áreas menos estudiadas. La directora resalta que, gracias a los avances tecnológicos, los investigadores ahora pueden estudiar las galerías de Altamira con mayor detalle, limitando el tiempo que los científicos pasan en el interior para preservar el lugar, pero maximizando los estudios en laboratorio.

El proyecto también ha permitido identificar dos fases principales de actividad artística: una anterior a los bisontes polícromos, y otra contemporánea a estas pinturas. Los descubrimientos recientes refuerzan la hipótesis de que las representaciones gráficas en Altamira comenzaron en la segunda mitad del Gravetiense (entre 32.500 y 24.500 años atrás), con un estilo muy simple, centrado en grabados y figuras esquemáticas.

A medida que avanzan los estudios, Fatás afirma que Altamira tiene un enorme potencial para seguir desvelando secretos sobre el arte paleolítico y la interpretación de las sociedades que lo crearon. La investigación continúa avanzando, lo que permitirá una comprensión más profunda de las funciones y significados de estas pinturas y grabados, que son clave para entender cómo los humanos primitivos interactuaban con su entorno y sus creencias.