Las redes sociales, gracias al anonimato que proporcionan, se han convertido en un espacio donde los creadores y realizadores de directos en internet sufren mensajes de odio, que varían según el género: las mujeres son atacadas por su apariencia o simplemente por ser mujeres, mientras que los hombres son atacados por su nacionalidad, etnia o condición política.
Un estudio reciente de la Universidad de Málaga (UMA), la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y el club de deportes electrónicos Giantx, presentado en el Polo Nacional de Contenidos Digitales, ha revelado estas diferencias en los ataques.
Este fenómeno no se debe únicamente a las redes sociales, sino que refleja un odio ya presente en la sociedad que encuentra un altavoz en estas plataformas. Las redes permiten el anonimato y utilizan algoritmos que amplifican el contenido que genera más impacto, generalmente relacionado con aspectos negativos. Como resultado, hasta un 58% de las jugadoras ocultan su género para evitar ataques, utilizando alias masculinos o distorsionando su voz.
Los ataques tienen consecuencias como la autocensura: los creadores evitan publicar contenido que pueda recibir odio. Virginia Calvo, fundadora y directora de operaciones de Giantx, afirma que los videojuegos reflejan las dinámicas sociales, con las mujeres siendo más propensas a recibir odio tanto en redes sociales como en los chats de videojuegos.
Cómo es el ‘hater’
El perfil del odiador típico es masculino y con estudios básicos. Las personas con estudios superiores son más propensas a recibir insultos, mientras que entre el 20 y el 35% de aquellas con niveles educativos más bajos tienden a emitirlos.
Sandra García, alias ‘Leviathan’, creadora de contenido de Giantx con cerca de 450.000 seguidores, señala que la educación y el control son claves para corregir estos comportamientos. Oscar Pérez, conocido como ‘Oscar Brock’, destaca que insultar en internet es fácil y barato, a diferencia de hacerlo en persona. Lamenta que algunos odiadores atacan personalmente y luego buscan afectar a personas cercanas al creador, lo que puede ser más dañino.
En conclusión, el estudio subraya la necesidad de abordar el odio en las redes sociales, que afecta de manera desproporcionada a las mujeres creadoras, y de fomentar una educación que promueva el respeto y la responsabilidad en el uso de estas plataformas.
Redacción: Agencias