Britney Spears y su mala pata

Todo el mundo tiene un mal momento, pero lo de Britney Spears se está convirtiendo en una época quizá demasiado larga. Después de haber contado todos los trapos sucios de su vida en sus memorias (que no son pocos), la artista parecía estar pasando por una buena época, al haber conseguido salir de la custodia por parte de su padre.

Cuando se dice que no hay mal que cien años dure, también sirve para lo bueno (lo sentimos, ni lo malo ni lo bueno dura para siempre). Spears ha llegado a un acuerdo para finalizar su divorcio de Sam Asghari. Las perdices no les han durado mucho, poco más de un año de contraer matrimonio, porque (según él) hay diferencias irreconciliables.

Sin salir de los juzgados, la semana pasada, la artista llegó a un acuerdo para poner fin absoluto a la disputa con su padre. Jamie Spears, sobre alegaciones de mala conducta durante los 13 años en los que tubo la tutela de la artista.

Y por si no fuera poco, continua la mala pata (nunca mejor dicho). Hace unos días, la artista fue fotografiada saliendo de un restaurante descalza y una ambulancia la llevaba en ese mismo momento a su hotel de Los Ángeles. La preocupación de sus fans inundó las redes, pero poco después la artista reconoció que tan solo se había torcido un tobillo. La cosa es que no se sabe a ciencia cierta si la ambulancia era para ella o para otra persona, incluso si la propia Spears había llamado o no a causa de su torcedura.

Redacción (Agencias).