El paso fronterizo de Rafah, que conecta el norte de la península del Sinaí egipcio con la franja de Gaza, ha abierto esta mañana por fin sus puertas para permitir la entrada del cargamento de ayuda humanitaria en el enclave palestino. El Ejército de Israel ha avisado que no permitirá que la ayuda humanitaria que ha comenzado a llegar al sur de Gaza a través del paso de Rafá con Egipto llegue al norte de la Franja, donde los militares han dado una orden de salida inmediata a los residentes mientras ataca allí las posiciones del movimiento islamista.
El presidente palestino, Mahmud Abás, ha asegurado que los palestinos nunca se irán de su territorio y resistirán hasta el final ante los intentos de Israel de desplazar de forma forzosa a la población de Gaza hacia Egipto. El rey Abadalá II de Jordania ha exigido durante su participación que los países occidentales que apoyan a Israel entiendan de una vez que una vida árabe no vale menos que una israelí, y que su silencio ante «el salvajismo» de atacar civiles no contribuye a la paz.
Lo cierto es que, tras muchas buenas palabras y deseos, la Cumbre de la Paz para Gaza y la «cuestión palestina» organizada por Egipto en la llamada Nueva Capital Administrativa, al este de El Cairo, ha culminado sin una declaración final conjunta de los 34 países y organismos internacionales que participaron en el encuentro.
Edición y redacción: Álvaro Serrano.
Realización: Susana León.