La ONU conmemora el Día del Aire Limpio

Factores como las olas de calor o el polvo en suspensión se suman a la contaminación para empobrecer la calidad del aire que respira la población, un problema con consecuencias para la salud y el medioambiente sobre el que la ONU quiere concienciar con el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul.

El lema este año de una jornada que se conmemora cada 7 de septiembre, desde que en 2019 la ONU lo designara como tal, es «Juntos por un aire limpio», promocionando la idea de «reforzar las alianzas, multiplicar las inversiones y compartir la responsabilidad para superar la contaminación del aire», de acuerdo con la información facilitada por este organismo.

Las Naciones Unidas recuerdan en su web la naturaleza «transfronteriza» de la de contaminación atmosférica y pide aunar esfuerzos «más allá de las fronteras, las barreras, los sectores y el trabajo aislado» para afrontar lo que considera un «problema doble».

Por un lado, afecta a la salud humana ya que «las diminutas e invisibles partículas de contaminación» penetran «profundamente» en los pulmones, torrente sanguíneo y en el cuerpo» y, según sus datos, sólo en 2016 causaron la muerte prematura de 6,5 millones de persona.

Por otra parte, los contaminantes del clima de corta vida «pueden persistir en la atmósfera durante unos días o hasta varios decenios».

En el caso concreto de España, el último Informe anual sobre la calidad del aire publicado por Ecologistas en Acción indicaba que en 2022 hasta 7,6 millones de personas -más de 2 millones por encima de la cifra del año anterior- resultaron afectadas por la contaminación.

Ello se traduce en que uno de cada seis españoles respiró en 2022 un aire contaminado «por encima de lo recomendado» y en la muerte prematura de unas 25.000 personas anualmente, «quince veces más que los accidentes de tráfico».

Aunque suele asociarse la suciedad del aire a la quema de los combustibles fósiles en el transporte, los factores de esta polución son múltiples y la calima y el polvo en suspensión también agravan el desafío, como ha sucedido esta misma semana en Murcia, donde las partículas de polvo en suspensión presentes en la atmósfera han superado los 640 microgramos por metro cúbico, cuando el límite máximo recomendado para evitar riesgos es de 50.

Este fenómeno natural transporta polvo en suspensión desde regiones áridas a otras periféricas, como sucede en la zona mediterránea y en Canarias respecto al norte de África pero en los últimos tiempos «se ha agravado por los efectos del cambio climático y está siendo cada vez más frecuente».

Redacción (Agencias)