La rebelión armada encabezada por el líder de mercenarios Wagner supone el mayor desafío contra el presidente ruso, Vladímir Putin, en los más de 23 años que lleva en el poder y pone a prueba la unidad de los altos mandos de su Ejército. El alzamiento se produce en el peor momento para las Fuerzas Armadas rusas, que afrontan en Ucrania una contraofensiva de las tropas de Kiev. Por el momento, las columnas del grupo Wagner, que transportan alrededor de 400 máquinas de combate, se encuentran a 340 km al sur de Moscú.
Rusia ha cortado más de 300 kilómetros de carretera para impedir que el Grupo Wagner llegue a la capital rusa, además, Putin se ha dirigido al país diciendo que todo aquel que tome las armas contra las autoridades son unos traidores y que el ejército tiene órdenes de qué hacer. Además, el alcalde de Moscú ha pedido a la población viajar lo menos posible y ha declarado este lunes como día no laborable. Poco después, el presidente ruso ha abandonado la capital y se ha dirigido al noroeste del país en avión.
Mientras, desde Ucrania, uno de los asesores de Volodímir Zelenski ha afirmado que la rebelión del grupo de mercenarios Wagner supone «el comienzo de una guerra civil» en ese país. El estallido de la rebelión es seguido por los ucranianos con interés y esperanza de que ponga fin a la agresión militar contra su país, considerando que las próximas 48 horas decidirán el futuro de Rusia.
Edición y redacción: Álvaro Serrano.
Realización: Sara Delgado.
