Era inevitable que la rutina constante de hacer giras, escribir, promocionar y grabar acabara cansando a los Beatles…y en este disco se ve reflejado. Solo cinco meses antes de la salida del álbum, el grupo había lanzado el alegre A Hard Day’s Night. Ahora sonaban más desgastados y, en el caso de Lennon, afloraba cierta amargura. Su trilogía de apertura (No Reply, I’m a Loser y Baby’s in Black) es la secuencia más oscura de cualquier disco de los Beatles y establece el tono del álbum.
Los momentos de alegría aparecen de vez en cuando, con temas como Eight Days a Week, pero la presencia de seis versiones después de la triunfante A Hard Day’s Night, completamente original se percibe como un reconocimiento del cansancio por el elevado volumen de trabajo.
Sin embargo, hay notas muy positivas en este álbum. La banda explora nuevos terrenos líricos gracias a la influencia de Bob Dylan y los arreglos de guitarra inspirados en el folk de George Harrison son de una calidad notable.
Redacción
Fotografía · The Beatles