El cantante español Pablo Alborán baila más que nunca con su disco optimista «La cuarta hija», en el que ha colaborado con artistas muy jóvenes como Aitana, María Becerra o Ana Mena. En sus colaboraciones ha aprendido a desprenderse de «prejuicios musicales» y a entender que «grabar con «autotune» puede molar muchísimo», según él mismo explica a EFE en una entrevista.
«La manera de escribir y consumir música cambió a una velocidad brutal durante la pandemia. Entonces me limité a ser un observador para ver qué estaba pasando, porque yo estoy acostumbrado a hacer proyectos y discos. Cuando volví a escribir, entendí sus cosas buenas, como trabajar con artistas que no tienen nada que ver contigo y que no tener prejuicios es fundamental para aprender».
Alborán ha orquestado así un disco con arreglos y hechuras más contemporáneos respecto a sus baladas más clásicas y que es optimista desde su título, una cuarta hoja del trébol que representa «la búsqueda de una actitud frente a lo que te depare el día a día, que es ver lo positivo en nuestras vidas y disfrutarlo».
«La pandemia a mí me cambió todo. Aunque también ha salido así porque pude hacer una gira y prepararme para ella como nunca, volviendo a confiar en mí y en la música», cuenta sobre un álbum que ha ido tejiendo en los escasos momentos muertos de su extensa gira por teatros, a la que puso remate hace apenas unos días.
Sin descanso, es este viernes cuando publica «La cuarta hoja» (Warner Music), su sexto trabajo de estudio, así como uno de los más breves de su carrera (11 cortes, aunque asegura que no ha sido a conciencia) y, sin duda, el más abierto a la colaboración «obedeciendo a impulsos».
SU FACETA COMO PRODUCTOR
Como novedad, en cortes como «Carretera y manta» o «Voraces» es el propio artista el que asume completamente la faceta de productor. «Cuando uno sabe muy bien lo que quiere, aunque siempre es bueno delegar, no está mal intentar entender el lenguaje para comunicarte mejor», alega tras trabajar en otros temas con profesionales como Paco Salazar o Josh Tampico.
ALBORÁN HABLA SOBRE LA SALUD MENTAL
Entre sus letras, Alborán habla por ejemplo de los amigos sanadores que siempre están al quite para ayudar a restañar heridas y que, en su caso, nunca le han faltado pese a las complejidades de la fama.
«Nunca me he sentido solo, pero es verdad que cuando conoces a alguien que tiene un trabajo público, se forma una idea en tu cabeza sobre cómo es, así que a la persona conocida le toca hacer un poco más de esfuerzo para demostrar que no por esa condición es un imbécil. A mí me pasaba al relacionarme con amigos de amigos, hasta que ha llegado un momento en el que he dicho: ‘Mira, si me quieres conocer, bien, y si no, pues nada'», reconoce.
Redacción (Agencias)