Iluminación LED para un futuro sostenible

La iluminación supone un 13% del consumo energético y la renovación de todos los puntos de luz por iluminación LED inteligente puede reducir la factura hasta un 80%. De este modo, se evitaría la emisión de 7 millones de toneladas de CO2, solo en el caso de edificios.

Los millones de toneladas de CO2 equivalen a la cantidad que absorben cerca de 315 millones de árboles, por lo que sería avanzar un paso hacia una mayor eficiencia energética.

Alfredo Berges, director general de la asociación de fabricantes Anfalum, ha explicado que el sector ha tenido en cuenta la necesidad de bajar el consumo, lo que ha llevado de la bombilla incandescente a la fluorescencia, las lámparas compactar, los halógenos y ahora el LED.


Desde hace una década (septiembre de 2012) está prohibido en la Unión Europea fabricar bombillas incandescentes y, posteriormente, se extendió a los halógenos. El uso de la tecnología LED ha sido impulsado en los últimos años con el fin de avanzar en el ahorro energético.

Otro motivo por el que se decidió apostar por el LED es que es «nativo digital», puede recibir o enviar datos, lo que permite un alumbrado conectado con el entorno y regulable a distancia, reduciendo aún más los consumos.

En el año 2030 el consumo energético podría reducirse al 8% si todos los puntos de luz pasaran a ser LED inteligentes. En los edificios, si se acompañan de un mecanismo de control y gestión del alumbrado, el ahorro puede ascender al 80%.

«Si se hiciera una renovación masiva hacia la tecnología LED con sistemas de control, el ahorro sería de 3.585 millones al año, el equivalente al 0,33 % del PIB», ha afirmado Berges.

En el exterior, la renovación a LED inteligentes supone una inversión de 3.500 millones de euros y podría ahorrar 400 millones al año en la factura eléctrica de las administraciones, con lo que la inversión quedaría amortizada en menos de una década.

La apuesta por productos eficientes parece ser una de las únicas soluciones ante la emergencia climática y la crisis energética actual.

«Es rentable y es sostenible», porque, aunque las ventas han caído, los LED duran entre seis y siete veces más que una bombilla convencional, el mercado va hacia la «funcionalidad» y no al precio.

Redacción (Agencias)