Llega la primera ola de calor del verano

La Agencia Estatal de Meteorología alertó este lunes sobre la llegada de la primera ola de calor de este verano esta semana, con temperaturas que podrían sobrepasar los 44º en Andalucía. Este aumento del mercurio se producirá de forma “general y progresivo” y se prolongará durante al menos cinco o seis días.

Intenso, extenso y duradero

A partir del miércoles 11 de agosto el calor será intenso en casi toda la península y Baleares tanto de día como de noche. España podría encontrarse en una ola de calor que se prolongará hasta comienzos de la próxima semana.

En este sentido, la Agencia ha recordado que para hablar ”de ola de calor se requiere que un episodio de altas temperaturas sea intenso, extenso y duradero», características que cumple la predicción de esta semana.

Podrían batirse récords

Este aumento se debe a una dorsal ubicada sobre el norte de África y el Mediterráneo central, que se acercará a España. Se trata de una situación de altas presiones en niveles medios y altos de la troposfera asociada generalmente a aire muy cálido, cuyo acercamiento provocará que la masa de aire que se asentará sobre el territorio en origen sea muy cálida. Asimismo, la dorsal estabilizará la atmósfera por lo que brillará el sol y calentará la superficie con fuerza. Como en general habrá poco viento y escasa ventilación, el aire cálido no tendrá oportunidad de dispersarse.

Además, la dorsal vendrá acompañada por una masa de aire del norte de África con polvo en suspensión.

En cuanto a las temperaturas, a partir del martes se dejará sentir el calor en buena parte de la península y Baleares, con más de 36º en la cuenca del Ebro, centro y mitad sur peninsular y puntos de Mallorca. A partir del miércoles las altas temperaturas serán más extremas, ya que se alcanzarán 36º en la meseta norte o 38 en el Ebro, baleares, zona centro o mitad sur con 40º en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir; zonas estas donde la temperatura de madrugada no bajará de los 20º.

La Aemet recuerda que el polvo en suspensión y el calor prolongado pueden tener efectos, respectivamente, sobre la salud de las personas y en el aumento del riesgo de incendios forestales, por lo que pide máxima prudencia e información continua.