Las torrijas, el dulce por excelencia de la Semana Santa

Cuál es el origen de las torrijas y por qué son tradicionales en Semana Santa

Si hay un dulce por excelencia en la Semana Santa es la torrija. Ya en el siglo I se escribía sobre este postre, tan típico de nuestra gastronomía.

Pan, leche o vino, huevo y aceite para freírlo. La receta es sencilla, pero hace las delicias de muchos. Se ha convertido en una tradición arraigada durante la Semana Santa y la Cuaresma, pero no todos saben por qué.

Por qué se comen torrijas en Semana Santa

Durante siglos se ha escrito mucho de las torrijas. Tanto es así, que a principios del siglo XVII se empezó a inmortalizar la receta en papel, para que no se perdiese la tradición. Lo que no está tan claro es cuándo se empezó a consumir como dulce típico de estas fechas.

Hay muchas teorías acercas del comienzo de esta tradición, pero hay un hecho que está claro: tiene mucho que ver con el aprovechamiento. Y es que los preceptos de la Cuaresma y la Semana Santa no permiten el consumo de carne.

Hace décadas, eso provocó que en las casas sobrase también una buena cantidad de pan. Su consumo estaba muy asociado al de la carne, y aunque esta no se consumía, cada día se seguía elaborando la misma cantidad de pan.

Además, como ninguno de los ingredientes de las torrijas está «prohibido» en Cuaresma, era un buen método para llenar el estómago. Muchos expertos creen que fueron las monjas las que, durante los días de abstinencia, decidieron aprovechar el pan duro para bañarlo con miel, leche o vino.

Redacción/ Fotografía: Abc