El coste de conservar los bosques se duplicará en 10 años

Un retraso de apenas 10 años en la actuación de los gobiernos para conservar los bosques con el fin de estabilizar la biodiversidad del planeta duplicará sus costes al pasar de de 5,8 a 12,4 billones de euros en todo el mundo.

Ésta es una de las conclusiones del informe ‘Urgencia de la acción sobre la biodiversidad’, elaborado por investigadores del Museo de Historia Natural del Reino Unido y la consultora Vivid Economics.

El informe indica que la biodiversidad mundial está en un rápido declive y se necesitan medidas de conservación y restauración a gran escala de los bosques naturales tanto para salvaguardar las especies silvestres como para frenar el cambio climático.

Así, señala que los ciudadanos de todo el mundo pagarán el doble si los responsables políticos retrasan la acción global de conservar los bosques sólo 10 años en lugar de actuar de inmediato y que esa inacción podría no estabilizar la biodiversidad global en 2050.

El ritmo actual de pérdida de biodiversidad y de especies hace que cualquier retraso hará más difícil restaurar la naturaleza y, por tanto, sea menos probable que resulte económica y políticamente viable. Además, el coste global de la producción de alimentos y materiales entre 2021 y 2050 es menor si se toman medidas inmediatas de conservación de los bosques y mayor si no se acometen.

RECOMENDACIONES

El informe incluye recomendaciones políticas, entre ellas mejorar de inmediato la efectividad de la aplicación de las áreas protegidas, que es la forma de acción más barata, y desarrollar sin tardanza programas de reforestación mediante plantación, que respaldarán la biodiversidad más rápidamente que el rebrote natural, con prioridad en la reforestación de áreas con alto endemismo de especies en bosque fragmentado y adyacente al bosque existente.

Diseñar mecanismos de incentivos para la biodiversidad que complementen e incorporen pagos por gases de efecto invernadero, reglas para proyectos de reforestación que maximicen la biodiversidad a partir de pagos de gases de efecto invernadero (por ejemplo, créditos de carbono) y transformar el sector financiero para alinearlo con las necesidades de la naturaleza son otras propuestas.