El ruido provocado por el ser humano en los océanos -en forma de tráfico marítimo, la pesca así como otras actividades industriales- actúa directamente sobre la vida en los océanos. Así lo revela un estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Estos comportamientos alteran la fisiología, la reproducción e incluso la supervivencia de los animales. Desde los invertebrados a las ballenas, todos los animales marinos son sensibles al sonido, que utilizan como guía en todos los aspectos de su comportamiento y ecología.
Científicos y expertos piden por ello que se considere el ruido como un factor de estrés, al tiempo que exigen el uso de nuevas tecnologías de monitorización y se desarrollen políticas de gestión para mitigar sus efectos en los ecosistemas.