El teléfono móvil se ha convertido en un elemento casi inseparable en nuestras vidas. En la actualidad, cerca de 6.100 millones de personas lo emplean y un porcentaje considerable tiene más de uno. Su uso prolongado puede derivar en la nomofobia, una patología relacionada con el uso de tecnología. Se puede incluir en los trastornos de ansiedad o en las fobias de comportamiento y en los casos más extremos puede derivar en una pérdida de la noción del tiempo o el control del entorno. No hay una edad definida sufrir el problema y existen formas para combatirlo.
Uno de los mayores indicadores es que siempre que estás con otra persona tienes el móvil en la mano o está próximo a ti. Otro de ellos es que durante una conversación, tu mirada se desvía con frecuencia hacia el aparato. Por ello, se han pautado una serie de recomendaciones:
– Programar las notificaciones según su orden de importancia
Un sonido proveniente del móvil te avisa que tienes que mirar las novedades. Para evitar esa distracción es recomendable calificar las notificaciones por su prioridad priorizando las más urgentes. Existen aplicaciones que te ayudan a simplificar esta tarea. Mantenlo silenciado por períodos prolongados de tiempo.
– Apagar el equipo durante la noche
Es una buena opción que te permitirá desconectarte y centrar tu atención en tu entorno. No te sentirás obligado a mirar tu móvil cada vez que escuchas un sonido. Además te ayudará a optimizar tus horas de sueño sin interrupciones.
– Mantente conectado con la realidad
Las redes sociales y las aplicaciones te permiten escaparte del “ahora”. Representan una especie de portal mágico por el que puedes evadirte. Realiza actividades con tu cuerpo. Lee, escribe, práctica un deporte, aprende manualidades o a camina sin tu móvil.
