Un tercio del Patrimonio Mundial natural está amenazado

Un tercio de los sitios naturales incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial, de la Unesco, están amenazados por el cambio climático, entre ellos la Gran Barrera de Coral, que es el mayor arrecife coralino del mundo y se extiende a lo largo de más de 2.300 kilómetros al noreste de Australia, y cuya perspectiva de conservación se ha evaluado por primera vez como ‘crítica’.

Así se explica en un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), difundido este miércoles. El documento sentencia que «el cambio climático es actualmente la mayor amenaza para el Patrimonio Mundial natural».

España cuenta con tres sitios naturales en esa Lista (Parque Nacional de Garajonay, Parque Nacional de Doñana y bosques de hayas antiguos y primigenios de los Cárpatos y otras regiones de Europa, éste compartido con Albania, Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Italia, Rumanía y Ucrania). Y tres sitios mixtos por contar con elementos culturales y naturales (Pirineos-Monte Perdido, compartido con Francia, e Ibiza). Ninguno de ellos está en situación ‘crítica’.

PRINCIPAL AMENAZA

El informe indica que «el cambio climático ha superado a las especies invasoras como la principal amenaza para el Patrimonio Mundial natural».

Entre los 83 sitios del Patrimonio Mundial natural que ahora están amenazados por el cambio climático se encuentra la Gran Barrera de Coral, donde el calentamiento de los océanos, la acidificación y las condiciones meteorológicas extremas han contribuido a la drástica disminución de los corales y, como consecuencia, a la reducción de las poblaciones de especies marinas.

En las áreas protegidas de la Región Floral del Cabo de Sudáfrica, el cambio climático ha exacerbado la propagación de las especies invasoras, mientras que la zona de conservación del Pantanal (Brasil) se ha visto gravemente dañada por los incendios forestales sin precedentes que se han producido entre 2019 y 2020.

En el lago Kluane, situado en un sitio del Patrimonio Mundial en Canadá y Estados Unidos, el rápido derretimiento del glaciar Kaskawulsh ha cambiado el caudal del río, con lo que se han agotado las poblaciones de peces.

En el informe también se incluyen las primeras pruebas de los efectos de la pandemia de la Covid-19 y apunta que, si bien la disminución del número de turistas puede aliviar la presión sobre algunos ecosistemas, en la mayoría de los casos los impactos parecen ser negativos.

Redacción (Agencias)