Así se reconstruye Notre Dame

Las obras de reconstrucción de la catedral de Notre Dame en París tienen una enorme complejidad poco conocida que quedó expuesta este sábado con una emisión televisiva en directo, en el que se mostró el reto de intentar devolver un templo de la Edad Media a su anterior esplendor.

Canteros, carpinteros, talladores de piedra, restauradores, especialistas en andamios y trabajadores en altura prosiguen su compleja labor en un proyecto cuya conclusión está prevista para la primavera de 2024, justo cinco años después del grave incendio de 2019. A pesar de que las obras estuvieron paradas debido al confinamiento por la pandemia, se estima que la restauración terminará en el plazo previsto.

El organismo público «Reconstruir Notre Dame» y el canal televisivo cultural Arte se unieron hoy para mostrar en directo a través de varias redes sociales y desde dentro cómo son las obras de restauración, con entrevistas a responsables y trabajadores, con motivo de los Días Europeos del Patrimonio Cultural.

El reportaje recalca la importancia de trabajadores de oficios tradicionales poco reconocidos en estos tiempos modernos, como canteros, talladores de piedra o vidrieros, que están «extremadamente orgullosos» de mostrar el valor de sus habilidades.

5.500 PIEZAS Y 2.000 METROS DE ANDAMIAJE

Las obras son posibles gracias a un sistema de andamiaje que totaliza 5.500 piezas, con un espacio de trabajo de 2.000 metros cuadrados. La preocupación por la seguridad es total, no solo por la posible caída de elementos sino también para prevenir la contaminación por plomo, un metal muy presente en la catedral.

Uno de los capítulos más llamativos de estos trabajos está siendo el desmontaje del enorme órgano de la catedral, de 8.000 tubos, que si bien no fueron afectados por las llamas sí sufrieron la entrada de cenizas.

El objetivo es reconstruir los elementos dañados o destruidos tal como estaban originalmente, sobre todo la famosa aguja de 96 metros de altura -y que tenía 250 toneladas de plomo-.

Las obras cuentan con la valiosa aportación de 35 «cuerdistas«, especialistas que operan colgados de cables. Su labor es ayudar a garantizar la seguridad de los muros y otros elementos arquitectónicos, así como «ayudar a los demás trabajadores y llegar a donde no alcanzan los medios tradicionales».

El reportaje también muestra la marcha de las tareas de restauración de la capilla de San Fernando, que quedó «muy sucia» por el hollín y algunos trozos de piedra. La limpieza está recuperando el color original tanto de algunas pinturas como de la piedra.

Maestros vidrieros realizan también un importante trabajo en la limpieza de las vidrieras polícromas.

Fuera de las obras pero casi al lado de la catedral, maestros carpinteros ofrecen hoy al público una demostración de construcción de parte de la estructura de madera que sostenía el tejado.

Iniciada en 1163 pero concluida casi dos siglos después y objeto de una restauración a fondo en el siglo XIX, la catedral se convirtió en el símbolo de París y orgullo de sus habitantes.

Redacción (Agencias)