Mark Knopfler cumple mañana lunes 70 años haciendo gala de su talento como compositor y su singular estilo como guitarrista, un sello inconfundible que le lanzó a la fama en los 80 al frente de Dire Straits.
Knopfler, nacido en Glasgow (Reino Unido), llegó al rock tras haber flirteado con el folk y con un bagaje de guitarrista ecléctico, admirador de la leyenda del country Chet Atkins, con quien compartía la inusual costumbre de tocar con los dedos, sin púa.
Temas de Dire Straits como «Sultans of Swing», «Money for Nothing» y «Tunnel of Love» forman ya parte de la historia del rock, gracias a la habilidad de Knopfler para componer piezas con un sonido distinto a cualquiera de las bandas de aquella época.
A pesar de los éxitos y el reconocimiento como músico, el escocés, que ha publicado diez álbumes en solitario desde que se disolvió el grupo, en 1995, siempre ha rechazado la etiqueta de virtuoso cuando se la han colocado.
«Me gustaría aprender a tocar mejor la guitarra, que me enseñaran a hacer cosas distintas a las que hago», dijo en una entrevista con Efe al inicio de su actual gira.
Redacción (Agencias)