Experimentos conductuales han demostrado que cuando las mujeres comparten una suma de dinero lo hacen más generosamente que los hombres. Un estudio de la Universidad de Zurich, en Suiza, ha demostrado que los cerebros de los hombres y las mujeres responden de manera diferente al comportamiento prosocial y egoísta.
Los hallazgos de este trabajo muestran que el cerebro femenino activa la parte de la recompensa más durante las decisiones prosociales que durante las decisiones egoístas. Por el contrario, las decisiones egoístas llevaron a una mayor activación del sistema de recompensa en los cerebros masculinos.
En el segundo experimento, los investigadores interrumpieron el sistema de recompensa administrando medicación a los participantes. Bajo estas condiciones, las mujeres se comportaron más egoístamente, mientras que los hombres se volvieron más prosociales, un resultado que sorprendió a los investigadores.
Estudios empíricos muestran que las niñas son recompensadas con elogios por el comportamiento prosocial, lo que implica que sus sistemas de recompensa aprenden a esperar una recompensa por comportamientos de ayuda en lugar de comportamientos egoístas.
Redacción (Agencias)