Comprar el recambio adecuado de una bombilla y volver a casa con el tipo de iluminación correcto, puede ser una tarea difícil si no se conocen a fondo todos los conceptos que se explican en la caja. La firma Silver Electronics ha recogido los ítems más comunes para conocer a fondo toda la información necesaria e imprescindible a la hora de realizar este tipo de compra:
- Lúmens (Lm): consiste en el flujo lumínico, es decir, la cantidad de luz que emite una bombilla. Cuanto mayor esta cifra, más iluminación podremos aportar a esa estancia del hogar.
- Escala Kelvin (K): este concepto mide la tonalidad de la luz de la bombilla, y suele ir de los 2.200K hasta los 6.000K. Si el número es elevado obtendremos un tono blanco o azulado, mientras que será amarillo si la cifra es más baja.
- Tipo de rosca / portalámparas: esta nomenclatura nos indica el tipo de conexión de la bombilla. Algunos de los más habituales suelen ser el E27, E14, GU10, o GU5.3. Por ejemplo, el E27 equivale a una rosca de gran tamaño mientras que el E14 se utiliza para denominar a las más pequeñas.
- W: esta letra nos habla de la potencia eléctrica, es decir, del consumo de la bombilla, y en las LED se compara siempre con las antiguas de incandescencia. Por ejemplo, la cifra 7W equivale a 60W de las incandescentes, lo que puede llegar a suponer un ahorro de hasta un 88% respecto a los antiguos modelos.
- Horas: esta cifra nos indica la vida útil de una bombilla, la cantidad de horas que puede llegar a permanecer encendida. En la mayoría de casos suele situarse alrededor de las 25.000h, es decir, que si se encienden una media de 3 horas diarias, puede llegar a durar unos 20 años.
- Ángulo: este dato expresado en grados, nos servirá para observar la amplitud de luz e iluminación que podemos conseguir una vez instalemos la bombilla. Cuanto mayor sea el ángulo, más luz tendremos en paredes y techos.
Redacción (Agencias)