Eurovisión se pone barba

Muchos apostaban por ella, y aunque las casas de apuestas decían lo contrario, Austria se ha hecho con el primer premio de Eurovisión 2014. De hecho, en los últimos días hablar de Eurovisión significaba hablar de Conchita Wurst, el personaje asumido por el cantante colombo-austriaco Tom Neuwirth.

Su popularidad no la ha dado la espectacular escenografía que acompañaba a su canción «Rise like a Phoenix», tampoco la originalidad ni la calidad musical de su tema (de las que no dudamos… ojo a ese guiño a las geniales B.S.O. de James Bond). La barba que acompañaba a Conchita ha sido, una vez más, una de las claves de esta edición… que en este caso, además, la cantante Wurst ha podido lucir en el primer puesto, reivindicando así la tolerancia para la comunidad LGTB.

El segundo puesto ha sido para uno de los temas menos eurovisivos, pero que desde un principio se sabía que iba a gustar, y desde luego también ha sido una de las cosas que más ha dado de hablar en los días previos al concurso. The Common Linnets con Calm After the Storm, realizando un dúo Country con bases con tintes indie, representando a los Países Bajos.

¿Y en nuestro país? Teníamos a Ruth Lorenzo, que sin duda ha protagonizado una de las mejores actuaciones de los últimos años, con su «Dancing in the rain». La murciana ha quedado novena empatada a puntos con Dinamarca, recibiendo 74 puntos de 17 países distintos, entre ellos Albania, que nos ha dado 12. Se esperaba que Portugal nos entregase algún punto como suele hacer, pero en esta ocasión no nos ha dejado ninguno… y Reino Unido, país en el que Ruth levantó emociones dentro del concurso Factor X, sólo ha dejado 5 puntos.

Y como siempre, las anécdotas, que siempre las hay en Eurovisión. La primera de ellas, desde nuestro país: Twitter ardía comparando el inglés de Carolina Casado con el de cierta alcaldesa española… pero a nosotros nos ha dejado más a cuadros otra cosa: ¿qué nos pasó a la hora de entregar los 8 puntos?

Austria también se ha lucido a la hora de entregar puntos, con la presentadora disfrazada -cómo no- de Conchita Wurst. Y no hablemos del rap que se ha marcado el portavoz finlandés justo antes de comenzar a entregar sus puntos. Pero hablemos de más cosas: por ejemplo, el teclado circular de Rumanía…

Los islandeses Pollapönk, más punkies que nadie, pidiendo prejuicios cero en ‘No Prejudice’…

O la… digamos… «provocativa» actuación de Donatan & Cleo, de Polonia…

¿Resumiendo? Eurovisión 2014 le ha servido a Conchita Wurst para recalcar que Europa ha dado una lección de tolerancia e igualdad con su victoria. ¡Así se habla! Nosotros nos hemos recuperado del bofetón del año pasado con una canción interpretada con un sentimiento que debería habernos dejado algún puesto por encima. Y, por supuesto, muchas risas… ¡que nos dejan grandes recuerdos hasta que llegue Eurovisión 2015 a Austria!

Borja Bermúdez-Cañete