Este sábado 28 de mayo se cumplen 52 años del estreno del líder de Rolling Stones en la gran pantalla. Fue en Performance (1970) dirigida por Nicolas Roeg y Donald Cammell. Protagonizada por James Fox como Chas, un gángster delgado y mezquino que, después de demostrar que es un gatillo demasiado fácil, se esconde en el lujo decadente de un palacio de placer de Londres que alberga a Turner, una estrella de rock interpretada por Mick Jagger. Lo que sigue es una pesadilla lisérgica: la «Persona» de Bergman como una película de medianoche, en la que Chas y Turner parecen ver cómo se fusionan sus identidades.
Después de mudarse a Londres, Cammell se hizo amigo de los Rolling Stones y convenció a Jagger para que se uniera a la película que podría definirse como un experimento atrevido y comercialmente arriesgado de espeluznante psicodelia. Mick Jagger fue perfecto en su caracterización de estrella del rock hedonista. La sorpresa de la película, y el motivo para verla, es la actuación del miembro de los Rolling Stones.
Roeg, quien murió en 2018 a la edad de 90 años, había sido antes director de fotografía que dejó su huella en varias áreas diferentes del cine de la década de 1960: trabajó para David Lean en Lawrence de Arabia ; rodando Fahrenheit 451 para François Truffaut y La máscara de la muerte roja para Roger Corman. Roeg tenía un ojo innegable para el color y la composición pero fue su atención a la edición lo que lo convirtió en una leyenda. Sus películas eran rompecabezas irregulares que el espectador tenía que intentar armar en tiempo real.
Los críticos la odiaron y Warner Bros. apenas consideró oportuno lanzarla, pero Performance se ha mantenido como una de las favoritas de culto. También podría decirse que es el escaparate más grande jamás visto en pantalla grande para Jagger. Ningún cineasta, ni Jean-Luc Godard, Martin Scorsese o David Fincher fueron capaces de capturar el carisma líquido e insidioso del cantante como lo hizo Roeg.
Redacción
Fotografía · Performance (editada)
