Aunque poco frecuentes, algunas medicinas pueden desencadenar desde picores hasta reacciones graves.
Aunque lo habitual es que los medicamentos funcionen como deben, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos nos lanza una advertencia importante: algunos antibióticos, antiinflamatorios y tratamientos de quimioterapia pueden provocar reacciones alérgicas, que van desde un simple picor hasta situaciones más serias. Y no, no es para alarmarse, pero sí para estar atentos y comunicárselo al médico o farmacéutico ante cualquier síntoma raro.
Entre los sospechosos habituales están los antibióticos tipo penicilina o cefalosporina (como la amoxicilina o la cefuroxima), que pueden causar urticaria, hinchazón o incluso anafilaxia en personas sensibles. También los antiinflamatorios como el ibuprofeno o la aspirina pueden intensificar el asma o provocar brotes en la piel. Y ojo con las sulfonamidas: pueden generar reacciones cutáneas bastante serias.
En el caso de la quimio o incluso algunas vacunas, el problema puede venir por los excipientes, como la proteína del huevo. Aunque en la mayoría de casos no hay peligro real, es crucial informar siempre de cualquier alergia, por pequeña que parezca, antes de recibir un medicamento.
¿Y si ya hay reacción? Si es leve, basta con dejar el medicamento y consultar alternativas. Pero si los síntomas se complican (respirar cuesta, hay desmayos o hinchazón en cara y lengua), puede tratarse de una anafilaxia y ahí sí: toca adrenalina y actuación médica urgente. Así que, ante la duda, mejor consultar. Siempre.
Redacción (Agencias).