Un nuevo estudio publicado en la revista Sleep revela que tener una rutina de sueño estable —acostarse y levantarse a la misma hora cada día— puede disminuir en un 48 % el riesgo de muerte por cualquier causa.
El análisis, basado en datos de más de 60.000 personas, señala que la regularidad en el sueño es más importante que la cantidad de horas dormidas. Incluso quienes duermen entre 7 y 8 horas diarias tienen más riesgo si lo hacen en horarios irregulares.
Expertos como Russell Foster, neurocientífico de la Universidad de Oxford, explican que el beneficio se debe a un mejor funcionamiento del reloj biológico o ritmo circadiano, que regula funciones vitales como el metabolismo, la inmunidad y el estado de ánimo.
Mantener un horario estable, incluso los fines de semana, puede tener efectos positivos desde las primeras semanas. También se recomienda evitar pantallas y estimulantes antes de dormir, y crear una rutina relajante nocturna.




