Monos aburridos se convierten en secuestradores

Un hallazgo inusual ha sido reportado en la isla Jicarón, dentro del Parque Nacional Coiba en Panamá. Jóvenes monos capuchinos han sido observados secuestrando y cargando a crías de monos aulladores, un comportamiento nunca antes documentado. El fenómeno fue estudiado por investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), quienes inicialmente pensaron que se trataba de adopciones, aunque luego notaron patrones muy diferentes.

Zoë Goldsborough, investigadora del Max Planck, explicó que el hecho de que un solo macho subadulto cargara repetidamente a las crías fue clave para descartar una adopción convencional. Este individuo, apodado «Joker», pertenece a un grupo conocido por utilizar herramientas, lo que sugiere comportamientos altamente desarrollados. Con el tiempo, las observaciones se extendieron a otros machos jóvenes que también comenzaron a cargar crías aulladoras.

Los científicos destacan que aunque hay casos documentados de adopciones entre especies, normalmente son hembras las que cuidan a los pequeños, lo que hace inusual este caso protagonizado por machos. Además, no hay antecedentes similares en otras poblaciones de capuchinos ni en otras especies, lo que refuerza la singularidad del hallazgo.

Ambas especies cohabitan pacíficamente en la isla, ya que sus dietas no compiten, y la vida tranquila en Jicarón podría ser la clave del comportamiento. La ausencia de depredadores y las condiciones favorables habrían creado un entorno donde estos primates tienen mucho tiempo libre, lo que podría haber favorecido la aparición de nuevas «modas culturales» como el secuestro de crías.Los investigadores sugieren que este comportamiento puede deberse a una forma de exploración social o incluso entretenimiento, y plantean la posibilidad de que tanto el uso de herramientas como el transporte de crías sean tradiciones nacidas del aburrimiento. “En este entorno seguro, la invención puede surgir no por necesidad, sino por ocio”, concluye la directora del MPI-AB, Meg Crofoot.

Redacción (Agencias).