Un estudio con más de 42.000 personas sugiere que abusar de los ultraprocesados podría adelantar señales tempranas del párkinson, aunque aún no se puede hablar de causa directa.
¿Alguna vez te has planteado qué efecto tienen los alimentos ultraprocesados en tu cerebro a largo plazo? No es solo una cuestión de calorías vacías o azúcar de más. Un nuevo estudio publicado en Neurology, la revista de la Academia Estadounidense de Neurología, apunta a una posible conexión entre el alto consumo de comida ultraprocesada y los primeros indicios de la enfermedad de Parkinson.
El equipo analizó los datos de 42.853 personas durante 26 años, la mayoría profesionales de la salud. Ninguno tenía párkinson al inicio. ¿El hallazgo? Quienes consumían más de 11 raciones diarias de ultraprocesados tenían 2,5 veces más probabilidades de mostrar tres o más signos tempranos de la enfermedad (como estreñimiento, problemas de sueño o pérdida del olfato) frente a quienes comían menos de tres raciones.
Ojo: esto no significa que los ultraprocesados causen párkinson. Solo que hay una asociación que merece atención. Como explica Xiang Gao, investigador principal, nuestras decisiones alimenticias pueden tener un impacto en la salud cerebral futura. Dulces, refrescos, aperitivos, embutidos… quizá no sea mala idea empezar a reducirlos.
Eso sí, el estudio tiene limitaciones: los datos de alimentación se basaron en lo que la gente dijo haber comido (y todos sabemos lo fácil que es olvidar ese perrito caliente extra). Además, la muestra era bastante homogénea, por lo que los resultados no aplican automáticamente a todo el mundo.
Redacción (Agencias).