Joaquín Sabina cerró el pasado viernes su gira Hola y Adiós en Buenos Aires, tras ofrecer diez conciertos en el Movistar Arena del barrio de Villa Crespo. El cantautor reunió a 100.000 personas en total, con todas las entradas agotadas desde el 24 de marzo. Cada noche, el público coreó sus canciones con entusiasmo, convirtiendo cada cita en un homenaje a una relación artística y personal que se ha forjado durante casi cuatro décadas.
Durante sus actuaciones, Sabina expresó en varias ocasiones su amor por la capital argentina. “Buenos Aires me abrió las puertas de América”, afirmó en su último recital, donde también recordó que esta ciudad es, para él, una segunda casa. Su primer concierto en la capital argentina fue en 1988, en el Teatro Ópera, donde presentó El hombre del traje gris ante 700 personas, un hito en aquel momento. Desde entonces, sus visitas han sido frecuentes y siempre bien recibidas.
La ciudad del Río de la Plata ha sido también un espacio de amistad y colaboración para Sabina. Ha compartido escenario y estudios con artistas argentinos como Fito Páez —con quien grabó Enemigos íntimos en 1998—, Charly García, Mercedes Sosa, Gustavo Cerati y Andrés Calamaro, entre otros. En el año 2000, protagonizó con García una actuación inolvidable en el Luna Park, donde improvisaron la canción Me tiré por vos, inspirada en una conocida anécdota del músico argentino.
La inspiración que Buenos Aires ha supuesto para Sabina también se refleja en su repertorio. Canciones como Con la frente marchita, Dieguitos y Mafaldas y Buenos Aires recogen vivencias, personajes y emociones vinculadas a la ciudad. En esta última gira, Sabina eligió cerrar cada concierto con Princesa, uno de sus temas más emblemáticos.
Aunque esta gira se presenta como una despedida de los grandes escenarios, Sabina dejó claro que su vínculo con Buenos Aires no termina aquí. “Es mi segunda casa y, a veces, la primera”, dijo en su primer concierto. La ciudad le responde con la misma devoción: aquí, todos saben que volverá.
Redacción (Agencias)