El mundo vegetal continúa asombrando a los científicos con nuevos descubrimientos, tanto de especies desconocidas como con avances en el conocimiento de plantas que ya conocíamos. Cada día surgen hallazgos que enriquecen nuestra comprensión de la biodiversidad y los procesos evolutivos que han dado forma a los ecosistemas. Estos estudios no solo aportan datos sobre nuevas especies, sino que también permiten desvelar secretos sobre plantas tan familiares como el cacao o árboles que ya forman parte de nuestro entorno, pero cuyos misterios aún no estaban completamente resueltos.

Un ejemplo reciente de descubrimiento es la identificación de un nuevo árbol en Panamá, Phragmotheca prolifera, que pertenece a la familia de las malváceas. Este hallazgo se logró después de más de dos décadas de investigación del botánico José Luis Fernández Alonso, quien trabaja en el Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El árbol se encuentra únicamente en los bosques tropicales de América, lo que lo convierte en una pieza clave para entender la flora de esta región.
El estudio, publicado en la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, se basó en la consulta de muestras de 22 herbarios y en la colaboración de expertos de Colombia y Panamá. Fernández Alonso destacó la importancia de este trabajo conjunto, agradeciendo la ayuda de varios colegas que contribuyeron con imágenes y muestras que fueron esenciales para identificar esta nueva especie.
El nombre Phragmotheca prolifera hace referencia a una característica única de la planta: ramas con nudosidades cubiertas de numerosas flores. Esta particularidad, ya conocida en especies cercanas, nunca se había observado en el género Phragmotheca, lo que hace que este hallazgo sea particularmente importante en el estudio de las malváceas.

En otro importante descubrimiento, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza (Perú) ha revelado datos clave sobre el árbol del cacao, Theobroma cacao. Su estudio, publicado en PLOS ONE, sugiere que esta planta, de la que obtenemos el chocolate, tiene más de 7,5 millones de años. Utilizando tecnologías avanzadas de secuenciación de ADN, los científicos pudieron rastrear su evolución, lo que indica que las poblaciones de cacao se diversificaron durante el Plioceno o el Mioceno, ofreciendo nuevas perspectivas sobre la historia de una de las plantas más importantes para la humanidad.
Redacción (Agencias).