Se puede poner fin al miedo

Un equipo de científicos ha logrado identificar los mecanismos cerebrales que permiten a los animales suprimir sus respuestas instintivas de miedo. Este avance podría ser clave para el desarrollo de nuevas terapias dirigidas a tratar trastornos como el estrés postraumático y la ansiedad. Los seres humanos nacemos con reacciones instintivas al miedo, como ante ruidos fuertes o objetos que se acercan rápidamente. Sin embargo, estas respuestas pueden ser modificadas a través de la experiencia, como sucede cuando los niños aprenden a disfrutar de los fuegos artificiales en lugar de temerles.

Para comprender cómo el cerebro suprime estas respuestas ante amenazas percibidas, el equipo estudió el comportamiento de ratones expuestos a una sombra expansiva que simulaba la aproximación de un depredador. Inicialmente, los ratones huían ante la amenaza visual, pero después de varias exposiciones sin peligro real, aprendieron a mantenerse tranquilos. Este fenómeno ofreció a los investigadores un modelo perfecto para estudiar cómo se pueden suprimir las respuestas de miedo.

Los investigadores ya sabían de estudios previos que el núcleo geniculado ventrolateral (vLGN) desempeña un papel crucial en la inhibición de las respuestas de miedo cuando está activo. A través de su investigación, confirmaron que este área del cerebro también guarda recuerdos de experiencias previas de amenaza. Al analizar el papel de las zonas visuales de la corteza cerebral en el proceso, descubrieron que ciertas áreas específicas son esenciales para el aprendizaje de no temer una amenaza visual, pero una vez que se aprende a suprimir el miedo, la corteza cerebral deja de ser necesaria para mantener esa respuesta.

El estudio también reveló los mecanismos celulares y moleculares que subyacen a este aprendizaje, implicando un aumento de la actividad neuronal en neuronas del vLGN, provocado por la liberación de endocannabinoides, moléculas que regulan el estado de ánimo y la memoria. Estos descubrimientos podrían ayudar a comprender los fallos cerebrales que alteran la regulación del miedo en enfermedades como fobias, ansiedad y TEPT. Los investigadores planean colaborar con clínicos para estudiar estos circuitos en humanos, con la esperanza de desarrollar tratamientos específicos para los trastornos relacionados con el miedo.

Redacción (Agencias).