Un equipo internacional de científicos ha creado una nueva variedad de arroz de alto rendimiento que emite hasta un 70% menos de metano a la atmósfera.
El cultivo de arroz es responsable de un 12% de las emisiones globales de metano y se espera que estas aumenten con el calentamiento global y a medida que la población humana siga creciendo.
Ahora, un equipo de 21 científicos, pertenecientes a instituciones de China y Suecia, ha identificado compuestos químicos liberados por las raíces del arroz que determinan la cantidad de metano que emiten sus plantas.
“Este estudio demuestra que es posible tener un bajo nivel de metano y, aun así, obtener un arroz con un alto rendimiento”, según Anna Schnürer, microbióloga de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, quien añade: “Y se puede lograr utilizando métodos de cultivo tradicionales, sin organismos genéticamente modificados, si se sabe lo que se busca”.
El estudio, publicado este lunes en la revista ‘Molecular Plant’, apunta que el metano emitido por los arrozales es producido por microbios que descomponen los compuestos orgánicos liberados por las raíces de las plantas de arroz.
EXUDADOS DE RAÍCES
El arroz y otras plantas liberan estos compuestos, conocidos como exudados de raíces, para alimentar a los microbios del suelo, que a su vez ayudan al crecimiento de las plantas al liberar nutrientes que las plantas pueden absorber.
Aunque se sabe desde hace tiempo que los microbios del suelo y los exudados de raíces están involucrados en las emisiones de metano, no estaba claro qué compuestos químicos de los exudados de las raíces eran los responsables.
Para identificar qué compuestos del exudado de la raíz se convierten en metano, los investigadores compararon los exudados de raíces de dos variedades de arroz diferentes: Susiba2, una variedad transgénica con bajas emisiones de metano, y Nipponbare, una variedad no transgénica con emisiones medias de metano.
Descubrieron que las raíces de Susiba2 producían significativamente menos fumarato y observaron una correlación entre la cantidad de fumarato secretado y la abundancia de arqueas liberadoras de metano o ‘metanógenos’ en el suelo circundante.
Los investigadores añadieron fumarato al suelo de las plantas de arroz cultivadas en contenedores, lo que provocó un aumento de las emisiones de metano. También demostraron que la aplicación de oxantel, una sustancia química que inhibe la descomposición enzimática del fumarato, redujo eficazmente las emisiones de metano.
Sin embargo, como las plantas Susiba2 seguían produciendo menos metano que las plantas Nipponbare, los investigadores se dieron cuenta de que el fumarato no es la única pieza del rompecabezas.
“Fue casi como un acertijo. Nos dimos cuenta de que el suelo en sí contenía algo que reducía las emisiones de metano, así que empezamos a pensar que debía haber algún tipo de inhibidor que también estuviera causando la diferencia entre las variedades”, explica Schnürer.
Redacción · Servimedia
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