La confianza en la ciencia y en los investigadores sigue creciendo, lo que lleva a una mayor convicción de que muchas decisiones políticas deben basarse en la evidencia científica. Sin embargo, al mismo tiempo, crece la preocupación por el fenómeno del «populismo científico», que busca enfrentar a la sociedad con una supuesta «élite» académica, pintando a los científicos como una «casta». Este populismo cuestiona la legitimidad del conocimiento científico y su influencia en la política.

Figuras políticas como Donald Trump y Javier Milei han alentado esta tendencia. Trump ha sugerido que el sentido común y el instinto de la gente común son más válidos que el conocimiento científico, mientras que Milei ha atacado a los «supuestos científicos» y «intelectuales», argumentando que una titulación académica no los convierte en seres superiores. Este tipo de discurso está ganando terreno, especialmente en momentos de desconfianza hacia las instituciones tradicionales.
Un estudio realizado en España por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología aborda este fenómeno. El estudio forma parte del proyecto internacional «Confianza en la ciencia y populismo relacionado con la Ciencia», que involucra a 240 investigadores de todo el mundo y ha analizado la relación entre confianza en la ciencia y populismo en 68 países. Entre los temas que se investigan están las percepciones sobre el papel de la ciencia en la política y la sociedad, y la postura de la población respecto a temas como las vacunas y el cambio climático.

En este contexto, el «populismo científico» se define como una confrontación entre la «gente corriente», guiada por el sentido común, y las élites académicas. Este fenómeno se caracteriza por cuestionar la autoridad de los científicos y desafiar la validez de las evidencias científicas, lo que puede tener graves implicaciones en la forma en que la sociedad aborda cuestiones cruciales para su desarrollo y bienestar.
Redacción (Agencias).