A principios del siglo XVIII, decenas de personas murieron por asfixia de forma misteriosa en Serbia. En su momento se pensó que los responsables de dichas muertes eran sus vecinos muertos.
Médicos de otros lugares viajaron hasta allí para investigar los supuestos asesinatos y llegaron a la conclusión de que se trataba de vampiros. Esa fue la primera vez que apareció la palabra.
Históricamente, un vampiro es una criatura que sobrevive alimentándose de la sangre de los vivos.
En 1725, en una de las ciudades de Serbia donde se registraron estos casos, todos coincidían en que un vecino fallecido llamado Petar Blagojevic les había visitado en sueños para intentar estrangularlos. Para despejar dudas, la tumba del hombre fue abierta y en ella encontraron un cuerpo en perfecto estado. Se dice que en su boca había sangre fresca, hecho que tomaron como una evidencia de su creencia.
Sin embargo, el médico vienés Christian Reiter no coincide con la teoría anterior. El patólogo achacó estas muertes a la neumonía o a la epidemia de ántrax, una enfermedad bacteriana transmitida de animales a personas, algo habitual durante y después de las guerras en esos años.
Redacción (Agencias).