El pez payaso anémona, el famoso protagonista de ‘Buscando a Nemo’, parece que es capaz de reconocer a otras especies similares según el número de franjas blancas verticales en su cuerpo y determinar así su nivel de amenaza.
Un estudio del japonés Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST) que publica Journal of Experimental Biology sugiere que los peces payaso que forman sus colonias en la anémonas (Amphiprion ocellaris) pueden ser más conscientes de lo que se pensaba.
La capacidad de determinar la amenaza que representa otro pez en función del número de las franjas blancas en el lomo les permite defender su morada de los intrusos que podrían tratar de desalojarlos, mientras que prestan menos atención a los que no están interesados en su hábitat.
El pez payaso permite que muchas especies visiten su anémona, pero si un miembro de su propia especie que no forma parte de la colonia entra en ella, el ejemplar más grande, conocido como alfa, controlará agresivamente y ahuyentará al intruso.
El equipo realizó varios experimentos con una colonia de juveniles peces payaso que se mostraron más agresivos y durante más tiempo con aquellos que, como ellos, tienen tres franjas blancas verticales.
Los comportamientos agresivos fueron menores ante peces con una o dos rayas y menos aún frente a los que no tiene franjas, “lo que sugiere que son capaces de contar el número de barras para reconocer la especie del intruso», explicó la autora principal del estudio, Kina Hayashi, del OIST.
Los experimentos se realizaron con un grupo de peces payaso anémona de unos seis meses criados en el laboratorio para asegurarse de que nunca habían visto otras especies de peces.
El equipo observó las reacciones de la colonia ante otros como el pez anémona de Clarke (A. clarkii); el pez payaso querubín (A. sandaracinos) y el payaso ensillado (A. polymnus), así como ante su propia especie.
Además, descubrieron que las colonias de peces payaso anémona tienen una estricta jerarquía para determinar qué miembro se encarga de atacar y espantar al intruso.
En la naturaleza, una colonia suele estar formada por una hembra alfa, un macho beta y varios juveniles gamma. La posición social dentro del grupo viene determinada por diferencias muy ligeras de tamaño.
Aunque los investigadores utilizaron peces inmaduros que aún no se han metamorfoseado en machos o hembras, observaron la misma jerarquía basada en el tamaño, en la que el juvenil de mayor tamaño asumía el papel de alfa y lideraba la carga contra el intruso.
Redacción (Agencias)