Los chimpancés también usan terrenos elevados para vigilar enemigos

Los chimpancés utilizan las cimas de las colinas cercanas a las fronteras territoriales para reunir información sobre grupos rivales, a menudo antes de realizar incursiones en territorio enemigo en momentos en que el riesgo de confrontación es reducido.

Esa es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de instituciones de Alemania, Costa de Marfil, Estados Unidos, Francia o Reino Unido, y publicado este jueves en la revista ‘PLOS Biology’.

Hasta ahora se consideraba exclusivo de los humanos el uso táctico de terreno elevado en situaciones de guerra. Por primera vez se ha observado una de las estrategias militares más antiguas en los chimpancés, que son los parientes evolutivos más cercanos.

Los investigadores llevaron a cabo un estudio de tres años de dos grupos de chimpancés vecinos en bosques de Costa de Marfil. Rastrearon a los primates mientras atravesaban sus respectivos territorios, incluida una zona fronteriza superpuesta donde ocasionalmente se producían escaramuzas.

El equipo descubrió que los chimpancés tenían más del doble de probabilidades de escalar colinas cuando se dirigían hacia esta frontera en disputa que cuando viajaban hacia el corazón de su propio territorio.

Mientras estaban en la cima de las colinas fronterizas, los chimpancés eran más propensos a abstenerse de comer o buscar comida ruidosamente y pasaban tiempo descansando tranquilamente, lo que les permitía escuchar sonidos distantes de grupos rivales, según los investigadores.

Cuanto más lejos estaba la ubicación de los chimpancés hostiles, mayor era la probabilidad de que avanzaran hacia territorio peligroso al descender la colina. Esto sugiere que esos animales miden la distancia de sus rivales en terrenos elevados y actúan en consecuencia para realizar incursiones y evitar peleas costosas.

Otras especies de mamíferos, como los suricatos, utilizan terrenos elevados para vigilar a los depredadores o llamar a sus parejas. Sin embargo, los investigadores precisan que esta es la primera evidencia de que un animal distinto de los humanos hace un uso estratégico de la elevación para evaluar los riesgos de un «conflicto intergrupal».

Redacción (Agencias)