Un bombardeo ha dejado al menos 500 muertos en un hospital de Gaza. Pero lo cierto es que la autoría de esta masacre no está clara. Omán, uno de los países más neutrales y principal mediador de conflictos en Oriente Medio, ha acusado a Israel de cometer «un crimen de guerra y genocidio» por bombardear el Hospital Al Ahli. El Ministerio de Salud de Gaza también ha denunciado que más de 500 personas hayan muerto en dicho bombardeo, acusando a Israel. Y el líder político del movimiento islamista Hamás, Ismail Haniye, ha afirmado que la masacre supondrá «un punto de inflexión» en la operación «Tormenta de Al Aqsa» contra Israel e insta a los árabes y musulmanes a unirse a protestas. Pero, por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, responsabiliza a los «terroristas bárbaros de Gaza» de este terrible suceso e indica que ha sido debido a un misil fallido por parte de la Yihad islámica.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha pedido que se establezca «claramente» la responsabilidad del ataque al hospital de Gaza contra los palestinos para que sus responsables puedan «rendir cuentas». Ante este suceso, Rusia y los Emiratos Árabes Unidos han pedido para mañana miércoles una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras Catar presagia consecuencias nefastas para la estabilidad de la región», al tiempo que señaló que el «silencio cómplice de Occidente» no hace más que «aumentar la tensión».
Edición y redacción: Álvaro Serrano.
Realización: Susana León.
