Tokio y Nairobi son dos robots sociales que han prestado servicio durante varios días en sendos hoteles de Castellón y Madrid dentro de un ambicioso proyecto de investigación, que busca comprobar si los huéspedes se sienten o no cómodos ante la ayuda que les ofrecen durante su estancia en esos establecimientos.
Las primeras conclusiones apuntan que los clientes han sido bastante proclives a interactuar con los robots y a la gente «le ha gustado la experiencia», que ha sido «muy positiva en la mayoría de los casos», según explica a EFE el profesor de la Universitat Jaume I de Castellón (UJI) Luis Callarisa.
Desarrollado desde la UJI por investigadores del grupo IMK-Innovación en Marketing y dirigido por el catedrático Miguel Ángel Moliner y el profesor Callarisa, ambos del ámbito de comercialización e investigación de mercados, el proyecto refleja que estos robots necesitan aún que haya una persona cerca, lo que ayuda a que la interacción sea más amable y evitar el rechazo.
Este proyecto forma parte de una serie de experimentos con robots sociales que buscan analizar la percepción que tienen los clientes de Hospitality (hoteles) sobre este servicio, para así conocer el valor añadido que pueden aportar estos robots al sector del turismo y qué tipo de características deben tener para satisfacer al cliente.
En concreto, el proyecto estudia el impacto de la funcionalidad y la calidez en la calidad del servicio, el valor percibido y la satisfacción, y cuenta con financiación del Gobierno central y la colaboración de la empresa ADD.
Los investigadores han empezado ya a evaluar la experiencia de estos dos robots, que estuvieron prestando sus servicios durante quince días en el hotel Intur Orange de Benicàssim y en el hotel Intur Palacio San Martín de Madrid.
Ambos robots estuvieron atendiendo a clientes no sin algunas anécdotas, como el caso de unos clientes de origen belga que intentaron llevarse en Madrid al robot a la habitación o en Benicàssim, donde unos huéspedes le despintaron los labios a Tokio.
Redacción.