Tras ocho años de espera la banda británica Blur ha regresado a los estudios con su nuevo álbum «The Ballad of Darren», que estará disponible el próximo 21 de julio y añade al sonido clásico del grupo un toque melancólico que, según su vocalista, Damon Albarn, plasma la experiencia de «toda una vida».
«No es un regreso», aclaró el músico en un encuentro con los medios a su paso por España, en el que aseguró además que ni él ni sus compañeros cesaron de hacer música desde su anterior gira, inmersos en un proceso de composición «muy libre», hasta «llegar a tierra» con los diez nuevos temas que conforman su noveno LP, editado por Parlophone y Warner Records.
Se trata del primero desde «The Magic Whip» (2015) y ha sido producido por James Ford (colaborador de formaciones como Arctic Monkeys y Foals) y grabado en el Studio 13 en Londres y en el condado inglés de Devon.
En «The Ballad of Darren», la soledad y la nostalgia por las relaciones del pasado, presentes en cortes como el que da nombre al álbum, se combinan con otros «para sacudir la cabeza» como «The Narcissist», el primer adelanto, en el que Albarn canta sobre «la relación cercana entre el narcisismo y actuar, especialmente en estos días».
También «St. Charles Square», segundo tema del álbum, ha contado con numerosas interpretaciones en directo durante la actual gira de los londinenses, donde ya es celebrado como si se tratase de parte del repertorio clásico.
Fue en 1988 cuando Albarn, junto al bajista Alex James, el guitarrista Graham Coxon y el baterista Dave Rowntree fundaron Blur bajo un sonido más marcado por el «shoegaze» y la influencia musical de la órbita de Manchester, como podía apreciarse en su debut, «Leisure» (1991), antes de dar un giro en el segundo, «Modern Life Is Rubbish» (1992), que los coronó como una de las grandes bandas de esa amalgama revolucionaria que se dio en llamar «britpop».
Especialmente exitosos fueron sus trabajos siguientes, «Parklife» (1994) y «The Great Escape» (1995), también «Blur» (1996), el que contenía su superéxito global «Song 2», pero en una huida ya progresiva de los sonidos que los habían encumbrado comercialmente, como se apreció en «13» (1993) y «Think Tank» (2003), tras el que llegó su gran paréntesis discográfico hasta el citado «The Magic Whip» y la exploración de otras aventuras musicales particulares.
Redacción.