Lo oculto en las obras del Thyssen

Seres relacionados con la magia, la alquimia o la astrología como demonios, espíritus, chamanes han vivido durante siglos en un entorno cultural hostil y se han camuflado en cuadros y pinturas cuyo rastro oculto descubre ahora en una exposición el Museo Thyssen-Bornemisza.

«Lo oculto en las colecciones Thyssen-Bornemisza» es el título de esta exposición en Madrid, que reúne 59 obras de arte de las colecciones del museo, en las que se han detectado algunos de estos mensajes cifrados, desde las alegorías del Renacimiento hasta las manifestaciones de vanguardia del siglo XX.

Mensajes tan escondidos como el que fue descubierto en el cuadro «La piedad» de José de Ribera (1633) por un vigilante del museo: un ojo entre los pliegues del sudario que mira al espectador, que puede ser desde un ojo diabólico al del propio artista. O la figura borrada de la hermana de Edvard Munch en el cuadro «Atardecer» (1888), pintor ligado al espiritismo y que recuerda a los entes transparentes de las fotografías con las que experimentó con la doble exposición y que servían para emular la captura de fantasmas.

En los últimos años están muy en auge los temas ocultistas en el arte, una corriente que considera que puede estar relacionado con el nivel de incertidumbre que vive el mundo en la actualidad.

El itinerario de la comienza por la alquimia, con frecuentes referencias en la pintura del Renacimiento, y que están representadas con pinturas como «San Juan Evangelista en Patmos«, de Cosme Tura (1470-1475). La alquimia entró en declive con la revolución científica pero su simbolismo persistió en el arte y reapareció con el surrealismo en el siglo XX, como se ve en «Árbol solitario, árboles conyugales« (1940) de Max Ernst.

La astrología está muy representada en la pintura. El simbolismo de la luna y el influjo de sus ciclos ha sido fuente de inspiración, con ejemplos que van desde «El cristo resucitado» de Bramantino, de 1490, a «Calle de Nueva York con luna» (1925), de Georgia O´Keefe.

Otro de los apartados de la exposición es el mundo de los sueños y las premoniciones del surrealismo están representados también por obras de Dalí, Delvaux, Balthus, Bacon o Schad, este último con su inquietante sombra tras El retrato del doctor Haustein, de 1928.


Rastros de lo oculto con referencias a veces explícitas y otras como meras hipótesis que la exposición invita a descifrar hasta el próximo 24 de septiembre.

Redacción (Agencias)