Parece ser que la cantante envió su álbum 30 con antelación para poder comenzar con el proceso de producción de la versión en vinilo. El problema comenzó cuando esta acción impidió a los artistas de menos tamaño ya alcance imprimir sus trabajos, ya que todas las fábricas estaban dedicadas única y exclusivamente a la petición de la británica.
En un primer momento se pidieron 500.000 ejemplares. El número no estaba mal pensado, ya que fue todo un éxito a nivel mundial, convirtiéndose en el álbum en vinilo más vendido del año (y eso que se lanzó en noviembre, por lo que alcanzó el récord menos de dos meses). La artista llegó a vender 575.000 unidades en un lapso de tres días.
En Twitter se le han acumulado las críticas de pequeños artistas que han visto su trabajo retrasado hasta en 2 años por culpa del éxito de Adele. Ahora bien, tal fue la ambición de la artista británica que a día de hoy parece ser que los vinilos se están vendiendo por menos de 10 dólares, debido al exceso de producción.
Redacción (Agencias).