La participación frecuente en actividades sociales retrasa la muerte hasta en un 204% según ha descubierto un equipo de científicos en China.
Los investigadores pertenecen a la Universidad de Sichuan y se han basado en los datos que han sido extraídos a través de una encuesta en la que han participado unos 28.500 ancianos con una edad mediana de 89 años.
Según ha señalado la agencia estatal Xinhua, la encuesta se remonta a 2002, cuando se registraron los primeros datos de algunos de los ancianos, y se prolongó hasta 2018, cuando se recabó la información más reciente.
Los científicos han dividido a los participantes en cinco categorías diferente: entre los que tenían actividades sociales al menos una vez cada día, cada semana, cada mes, ocasionalmente y nunca.
UNA VIDA MÁS LARGA
Tras ajustar variables como el sexo, el estado civil o el nivel de ingresos y realizar un seguimiento a los pacientes de al menos cinco años, los científicos concluyeron que una mayor frecuencia de interacciones sociales se traducía en una vida «significativamente más larga».
En comparación con los que nunca socializaban, los que lo hacían ocasionalmente retrasaron su muerte en un 42 % y aquellos que lo hacían semanalmente, en un 110 %, mientras que los que tenían interacciones sociales cada día pospusieron su fallecimiento en un 204 %.
Pese a que los beneficios para la salud que tiene la socialización se conocen desde hace tiempo, la mayoría de estudios se basan en datos recabados de personas en países occidentales, con poca información sobre las poblaciones asiáticas, señala la agencia.
Las autoridades han advertido que el envejecimiento de la población presenta numerosos desafíos para la provisión de servicios públicos y la sostenibilidad de la seguridad social.
Redacción (Agencias)