La Conferencia Internacional sobre Cuevas Planetarias que organizan desde hace cuatro años la Agencia Espacial Europea, el Instituto Lunar y las universidades más avanzadas del mundo en esta materia se reunirá en 2023 por primera vez en una cueva… en concreto, en Lanzarote.
Desde hace varios años, Lanzarote se ha convertido en el campo de entrenamiento de los astronautas de la ESA. El territorio les ayuda a formarse en geología y ensayar técnicas de exploración pensadas para la Luna y Marte, por las múltiples similitudes que presentan sus campos de lava y escoria volcánica con los dos próximos objetivos de la carrera espacial.
En varias de esos entrenamientos en Lanzarote, tanto la ESA como la NASA se han interesado no sólo por la superficie de lugares como el Parque Nacional de Timanfaya o el volcán de Tinguatón, sino por el subsuelo, por las cuevas y, en particular, por el espectacular tubo volcánico de La Corona, formado hace 25.000 años.
Y ello por dos certezas compartidas por la comunidad científica: las cuevas existentes en la Luna y Marte pueden ofrecer refugio a los astronautas el día en que las agencias espaciales se lancen a construir bases en esos lugares, porque son lugares a salvo de las radiaciones solares; y también pueden resultar un sitio ideal para buscar rastros de vida presente o pasada, por la misma razón.
Precisamente de eso van a debatir del 4 al 7 de mayo en Haría los expertos internacionales que acudirán la cuarta Conferencia sobre Cuevas Planetarias, según ha anunciado la ESA a través de Twitter.
Sobre la mesa estarán cuestiones como la exploración del subsuelo de la Luna y Marte y el potencial científico que ofrecen las bocas de las cuevas, la posibilidad de buscar volátiles subterráneos y determinar la habitabilidad del subsuelo o la oportunidad de investigar si las cavernas en otros planetas pueden albergar vida y, de paso, plantearse qué tecnología y qué arquitectura serían necesarias para hacerlas habitables para el hombre.
Redacción (Agencias)