La razón de la pérdida de olfato tras el COVID

Expertos estadounidenses han descubierto la razón por la que algunas personas no recuperan el olfato tras infectarse con el SARS-CoV-2 y es porque el virus provoca una agresión inmunitaria continuada que merma la cantidad de células nerviosas olfativas.

El hallazgo ha sido publicado el 21 de diciembre por en la revista Science Translational Medicine, y por fin da explicación a una cuestión que afecta a millones de personas en todo el mundo tras la pandemia.

La investigación también arroja luz sobre otras consecuencias del covid-19 como la fatiga generalizada, la dificultad para respirar o la falta de concentración. De este modo, los expertos dicen que podrían estar desencadenados por mecanismo biológicos similares, según los investigadores.

«Uno de los primeros síntomas que suelen asociarse a la infección por covid-19 es la pérdida del olfato. Afortunadamente, muchas personas recuperan el sentido del olfato en una o dos semanas, pero otras no», apunta Bradley Goldstein, autor principal del estudio e investigador de Neurobiología en la Universidad de Duke (Carolina del Norte, Estados Unidos).

«Queríamos entender mejor por qué algunas personas sufren la pérdida persistente del olfato durante meses o años después de infectarse», explica. Junto a científicos de Harvard y de la Universidad de California-San Diego, el equipo de Duke analizó muestras epiteliales olfatorias recogidas de 24 biopsias, entre ellas las de nueve pacientes con pérdida persistente de olfato.

El análisis mostró una infiltración generalizada de células T que participaban en una respuesta inflamatoria en el epitelio olfativo, el tejido de la nariz en el que están las células nerviosas del olfato. El proceso inflamatorio persistió después de la infección y el número de neuronas sensoriales olfativas se redujo, posiblemente debido al daño sufrido por el delicado tejido a causa de la inflamación persistente.

Para Goldstein, «los resultados son sorprendentes. Casi parece una especie de proceso autoinmune en la nariz». Goldstein cree que saber qué zonas están dañadas y qué tipos de células están implicadas es clave para empezar a diseñar tratamientos.

Además, el equipo considera alentador que las neuronas parecen mantener cierta capacidad de reparación incluso después del ataque inmunitario. «Tenemos la esperanza de que la modulación de la respuesta inmunitaria anormal o de los procesos de reparación en la nariz de estos pacientes pueda ayudar a restablecer, al menos en parte, el sentido del olfato», sostiene.

A su juicio, los resultados de este estudio también podrían ser de ayuda para investigaciones adicionales sobre otros síntomas de la covid-19 de larga duración que podrían tener su origen en procesos inflamatorios similares. 

Redacción (Agencias)