Robbie Williams admitió que festejar con Oasis en Glastonbury fue el catalizador de su «nueva vida» después de dejar Take That. Unas declaraciones que realizó al iniciar su ‘XXV Tour’ en The O2 en Londres el pasado domingo.
El cantante de 48 años recordó en el escenario cómo conoció a Liam y Noel Gallagher en el mundialmente famoso festival de música en Somerset, al suroeste de Inglaterra, en 1995. Aunque las relaciones entre Robbie y los hermanos Gallagher se agriaron poco después, con la broma de «bailarín gordo de Take That» de Noel, el ícono del pop acepta que ese momento en el tiempo lo marcó para convertirse en uno de los más grandes cantantes solistas de todos los tiempos.
Antes de interpretar una versión del clásico de Oasis Don’t Look Back In Anger, Robbie dijo: «Empecé a tener ideas sobre cómo escribir mis propias canciones. Una cosa llevó a la otra y cometí el error capital de romper las reglas…Me puse en marcha con la copa llena de champán y el bolsillo lleno de cocaína, dispuesto a volverme loco en la membrana y me fui a Glastonbury para empezar lo que no sabía que iba a ser el comienzo de mi nueva vida”.
Antes de cerrar el espectáculo con la enorme balada Angels de 1997, dijo: «Resulta que hay un final feliz, la vida es buena«.
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